La Iglesia critica las deportaciones de Donald Trump
El cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, se pronunció enérgicamente en contra de las deportaciones masivas que impulsa el gobierno de Donald Trump. En un video, destacó que estas redadas no solo separan familias, sino que también siembran miedo en las comunidades migrantes. Según él, “la Iglesia está con los migrantes” y las parroquias de la ciudad estarán siempre abiertas para quienes busquen apoyo.
Cupich se ha convertido en una de las voces católicas más críticas hacia la política migratoria del partido republicano. Afirmó que los operativos de detención son perjudiciales, “hieren el alma de nuestra ciudad” y afectan a las comunidades que durante décadas han construido sus vidas en Estados Unidos.
“No vamos a quedarnos callados cuando se niegue la dignidad”, aseguró el cardenal, remarcando que tanto escuelas como parroquias seguirán abiertas para aquellos que teman ser detenidos o deportados. Es un llamado claro a la solidaridad.
El arzobispo también se refirió a los inmigrantes indocumentados, resaltando su valiosa contribución laboral y su papel en la formación de familias. “Se han ganado nuestro respeto”, agregó. Recordó que todas las familias estadounidenses tienen raíces migrantes, lo que enfatiza la diversidad y la historia compartida del país.
La postura de Cupich refleja el mandato del papa Francisco, quien, antes de su fallecimiento, envió una carta a los obispos de Estados Unidos instando a defender a los migrantes. En la misiva, dejó en claro su rechazo a la criminalización de los extranjeros, recordando que Jesús también fue migrante. Esta carta fue elaborada con la ayuda del cardenal Robert Francis Prevost, actual papa.
Así, la Arquidiócesis de Chicago se posiciona al frente de la resistencia eclesial ante una política que, según diversas organizaciones religiosas y sociales, afecta derechos básicos y profundiza el temor en millones de personas.
Estados Unidos anunció que se suspendió la reunión entre Trump y Putin
La Casa Blanca comunicó la suspensión de una reunión entre Vladimir Putin y Donald Trump que, aunque no tenía fecha confirmada, estaba planeada para realizarse en Budapest, Hungría. La decisión surgió tras una conversación entre el secretario de Estado, Marco Rubio, y el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
El vocero de la Casa Blanca precisó: “El secretario Rubio y el canciller Lavrov tuvieron una llamada productiva. Por lo tanto, no es necesaria una reunión adicional en persona, y no hay planes para que el presidente Trump se reúna con el presidente Putin en el futuro inmediato”. Esta reunión había sido anunciada días atrás, justo antes de que Trump recibiera al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Por su parte, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, intentó calmar la situación tras la confirmación de que no se llevará a cabo la reunión. Dejó abierta la posibilidad de un encuentro en el futuro, sin embargo, Zelenski expresó su desacuerdo, acusando a Rusia de dilatar innecesariamente los esfuerzos diplomáticos.
A medida que la presión disminuía, los rusos parecían alejarse de la diplomacia y posponer el diálogo. Zelenski enfatizó: “Necesitamos terminar esta guerra, y solo la presión llevará a la paz”, un mensaje respaldado por líderes europeos.